Aún cuando se crea que las intenciones son buenas, las quejas y la crítica crean tensión en el hogar. Resulta díficil amar a un cónyuge regañón o sermoneador.
Ser aceptado como uno es, constituye una necesidad humana básica. La falta de aceptación hiere la dignidad, daña el amor propio y despierta resentimiento. Cuanto más se sermonea, se queja o critica al cónyuge, tanto más se despierta resentimiento en el otro.
¿Cómo asume usted los defectos y faltas de su cónyuge?
¿Cómo asume usted los defectos y faltas de su cónyuge?
Hágase las siguientes preguntas que le harán reflexionar:
- Paso más tiempo criticando a mi cónyuge que considerando sus rasgos positivos y agradables?
- Cuando mi pareja hace algo que me molesta, siento necesidad de llamar la atención?
- Hablo con menosprecio a espaldas de mi cónyuge?
- He establecido normas tan elevadas para mi pareja que ni yo puedo cumplir?
- Presiono a mi cónyuge para que se amolde a mis normas y así aceptarlo con más facilidad?
- Me niego a perdonar o a buscar ayuda para perdonar algo que ya paso.?
- Retomo temas que ya fueron aclarados y que incomodan al otro.?
- Hago comparaciones con otras personas.?
- Recalco los defectos y errores del otro, pero nunca reconosco su acciones de cambio?
- Uso errores del otro para justificar los errores propios?
¿Cómo señalar las faltas con respeto?
Tomado de familia.info |
Vamos caminando Con la intencion que sus actitudes y vision frente al matrimonio se agradable a Dios y esto genere un vida mas plena.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario